Reparto de bienes en una separación sin estar casados
Cuando dos personas no están casadas sus bienes serán independientes y no estarán mezclado, por ello el reparto podrá realizarse adjudicando a cada persona los bienes que son de su titularidad.
En la práctica pueden existir casuísticas que no están claras, pero es algo inevitable y que no se deriva de un problema legal, sino a la mezcla de bienes y enseres que después puede acabar en controversia.
Un piso o un local está anotado en el Registro de la Propiedad, por ello será muy sencillo aclarar quien es el propietario.
En el caso de los vehículos ocurre lo mismo, pues al estar matriculados y constar en la DGT a nombre de una persona concreta, tampoco da problemas de titularidad.
Tanto en una propiedad inmobiliaria como en un vehículo (tras una reforma reciente) es posible que no le corresponda a una persona, sino a varias. En estos casos será igualmente sencilla la situación, pues a pesar de la copropiedad estará concretado y por tanto lo único que faltará es ponerse de acuerdo en cuanto a qué hacer con cada bien. Se pueden compensar con el resto de bienes si existieran varios, compensando la diferencia de valor, en caso de no ser así, lo razonable es que compre uno el porcentaje del otro poniéndose de acuerdo en el precio. El problema en estos casos es que quien vende suele valorar el bien al precio mayor y quien compra a un precio menor.
En caso de discordia y falta de entendimiento lo mejor suele ser vender a tercero para repartir el dinero obtenido.
El dinero en cuenta se considerará que es legalmente de los titulares de la cuenta en sus respectivas proporciones.
El gran problema se suele producir en lo relativo a bienes muebles y enseres. A tal efecto la pauta es muy sencilla de entender pero muy complicado de aplicar. Los muebles son de quien los haya adquirido, a tal efecto la factura será la que lo acreditará, en defecto de factura su poseedor, lo que en caso de convivencia de pareja complica resolver la cuestión. Por ello, siempre es mejor llegar a un entendimiento razonable.