No estoy casada tengo un hijo y quiero separarme

Si no estás casada pero tienes un hijo y estás considerando separarte de la persona con la que compartes la crianza, hay varios pasos y consideraciones importantes a tener en cuenta. Aquí tienes algunas pautas que pueden ayudarte en este proceso:

  1. Comunicación abierta:
  • Inicia una conversación abierta y honesta con la otra persona. Expresa tus sentimientos y preocupaciones de manera clara y respetuosa.
  1. Reflexiona sobre tus razones:
  • Reflexiona sobre las razones detrás de tu decisión de separarte. Entender tus propios sentimientos y motivaciones puede ayudarte a comunicarte de manera efectiva y a tomar decisiones informadas.
  1. Prioriza el bienestar del niño:
  • Coloca siempre el bienestar de tu hijo en el centro de tus decisiones. Asegúrate de que se satisfagan sus necesidades emocionales, físicas y sociales durante el proceso de separación.
  1. Establece acuerdos de crianza:
  • Trabaja junto con la otra persona para establecer acuerdos claros en relación con la crianza del niño. Esto incluye cuestiones como la custodia, el tiempo de visita y las responsabilidades financieras.
  1. Consulta a profesionales:
  • Considera la posibilidad de buscar la ayuda de profesionales, como abogados de familia o mediadores, para garantizar que los aspectos legales y logísticos de la separación se manejen adecuadamente.
  1. Desarrolla un plan financiero:
  • Crea un plan financiero que aborde cuestiones como la manutención infantil, los gastos compartidos y cualquier otra consideración financiera relevante.
  1. Mantén una comunicación efectiva:
  • Mantén líneas de comunicación efectivas con la otra persona, especialmente en lo que respecta a la crianza del niño. Establece canales de comunicación que sean claros y respetuosos.
  1. Busca apoyo emocional:
  • Busca apoyo emocional para ti y, si es necesario, para tu hijo. Puedes recurrir a amigos cercanos, familiares o profesionales de la salud mental para obtener apoyo durante este período.
  1. Cuida de tu bienestar:
  • Asegúrate de cuidar de tu propio bienestar físico y emocional. La separación puede ser un proceso emocionalmente desafiante, y es importante priorizar tu salud.
  1. Educa a tu hijo sobre la separación:
    • Si tu hijo es lo suficientemente mayor, habla con él sobre la situación de una manera que sea comprensible para su nivel de desarrollo. Asegúrate de que sepa que ambos padres lo aman y que la separación no es su culpa.
  2. Consulta a un abogado:
    • Dependiendo de tu situación concreta un abogado de familia podrá darte las respuestas a tus preguntas para tomar una decisión lo más consciente posible.

Cómo preparar a los niños para una separación

Para preparar adecuadamente a los niños para la separación de sus progenitores la clave está en transmitir normalidad, seguridad y cordialidad entre los padres.

  • Los niños tienen mayor capacidad de adaptación que los adultos. Es por ello que si perciben normalidad en los comportamientos, reacciones y relaciones de sus progenitores, no sentirán miedo, sino seguridad.
  • La seguridad es la segunda clave, pues los niños no deben sentirse con la incertidumbre de qué será de ellos si sus progenitores se separan, deben de sentir entendimiento y cordialidad entre ellos.
  • La cordialidad de los padres será la que permitirá que las relaciones de los niños por separado con cada uno de ellos después de la separación pueda ser beneficiosa para los hijos.

Al final las tres cuestiones básicas giran en torno a la misma premisa, para preparar a los niños para una separación se debe de utilizar sentido común. Más que preocuparse por lo que hay que hacer, pues se entiendo que los cuidados los llevan realizando desde el nacimiento del hijo, hay que prestar mucha atención en lo que no hay que hacer.

  • No hay que meter a los niños en los problemas de los adultos. Todo niño tiene derecho a disfrutar de su infancia.
  • Tampoco permitir que presencie discutas o conflictos. Lo ideal es no tenerlos, pero de no poder evitarlos, deben de desarrollarse sin la presencia ni mucho menos participación de los hijos.
  • Lo que debemos evitar es que los niños puedan sentirse parte del origen de la separación, hay que dejarles muy claro que sus progenitores han decidido separar su vidas pero que seguirán queriéndole, atendiéndole y haciendo lo que sea necesario, igual que antes, pero ahora la organización será por separado.

Los padres y madres que se separan tienen que tener claro que se separan entre ellos, pero en ningún aso de sus hijos y la relación no debe de cambiar, sino precisamente volcarse más con ellos, pues tampoco es fácil en ocasiones ser hijo de padres separados.

Cómo preparar a los niños para una separación

Tanto en separaciones matrimoniales como en casos de separación con hijos sin estar casados hay que dejar a un lado los intereses de los padres en beneficio de lo que realmente importa que es que los niños no paguen los platos rotos de la separación de sus progenitores.

De hecho, debería de ser algo evidente, pero por desgracia son muchos los padres que no saben separar su disputas de las necesidades de los hijos y acaban tomando actitudes impropias de adultos responsables de niños, sino más bien todo lo contrario, lo que hay que tratar de prevenir. En ocasiones no es fácil mantener la calma, pero siempre merecerá la pena.

Puede conseguir su convenio regulador gratis con nuestro despacho de abogados para ver cómo se podría articular la separación de cara a la regulación paternofilial de los hijos. Pero lo que no debe de pensar es que con el proceso judicial es suficiente, pues no es así. Día a día los padres deberán de favorecer el entendimiento, pues en cualquier momento puede surgir un punto de controversia y tensión que podría acabar provocando un daño en la infancia y correcto desarrollo de nuestros hijos, a los que debemos de proteger por encima de todo lo demás, sin peros, sin prejuicios y sin excusas.

Separación con hijos recién nacidos

En una separación con hijos recién nacidos lo normal es establecer una custodia matera y un derecho de visitas limitado para el padre.

No se trata de una cuestión de que la madre tenga mayores o menores derechos del padre, la cuestión es que en atención a las necesidades de un niño recién nacido, si la madre quiere y puede atenderle (cuestión que por desgracia no ocurre siempre) lo mejor es que el niño pueda compartir con la madre la primera etapa de la maternidad en la que se forja un especial vínculo entre bebé y madre.

Separación con hijos recién nacidos

Una separación con hijos recién nacidos supone un reto para ambos progenitores y la necesidad de analizar bien todas las circunstancias familiares, pues al ser el bebé tan pequeño, no se puede tener la previsión de vida adecuada. Es muy difícil hacerse a la idea de la regulación más conveniente de un bebé en su infancia y adolescencia.

La regulación inicial que se establezca se puede modificar más adelante, de hecho estará justificado por el mero paso del tiempo pues no es lo mismo una regulación para un bebé recién nacido que para un niño con 3 años, 10 años, 12 años o 17. Por ello, a pesar de que siempre será posible llegar a un acuerdo de modificación de medidas de la regulación inicialmente establecida, siempre debe de tener en cuenta que al ser tan pequeño, procederá un cambio de medidas si la regulación por el desarrollo y la edad del niño se deja de adaptar a las mejores para el niño y su relación con ambos progenitores.

Dependerá mucho de la disponibilidad de ambos progenitores, su predisposición al entendimiento y compromiso con el recién nacido. Como es algo muy incierto con un niño tan pequeño, se debe de especificar en el convenio regulador todo aquello que sea conveniente dejar constancia para que la regulación tenga sentido.

No es lo mismo de cara a un posible modificación futura dejar constancia de que la regulación se establece en atención a la edad del niño unido a otras posibles circunstancias, que se tendrán en cuenta en el futuro para la adaptación de la regulación en cada momento del desarrollo familiar.