Para preparar adecuadamente a los niños para la separación de sus progenitores la clave está en transmitir normalidad, seguridad y cordialidad entre los padres.
- Los niños tienen mayor capacidad de adaptación que los adultos. Es por ello que si perciben normalidad en los comportamientos, reacciones y relaciones de sus progenitores, no sentirán miedo, sino seguridad.
- La seguridad es la segunda clave, pues los niños no deben sentirse con la incertidumbre de qué será de ellos si sus progenitores se separan, deben de sentir entendimiento y cordialidad entre ellos.
- La cordialidad de los padres será la que permitirá que las relaciones de los niños por separado con cada uno de ellos después de la separación pueda ser beneficiosa para los hijos.
Al final las tres cuestiones básicas giran en torno a la misma premisa, para preparar a los niños para una separación se debe de utilizar sentido común. Más que preocuparse por lo que hay que hacer, pues se entiendo que los cuidados los llevan realizando desde el nacimiento del hijo, hay que prestar mucha atención en lo que no hay que hacer.
- No hay que meter a los niños en los problemas de los adultos. Todo niño tiene derecho a disfrutar de su infancia.
- Tampoco permitir que presencie discutas o conflictos. Lo ideal es no tenerlos, pero de no poder evitarlos, deben de desarrollarse sin la presencia ni mucho menos participación de los hijos.
- Lo que debemos evitar es que los niños puedan sentirse parte del origen de la separación, hay que dejarles muy claro que sus progenitores han decidido separar su vidas pero que seguirán queriéndole, atendiéndole y haciendo lo que sea necesario, igual que antes, pero ahora la organización será por separado.
Los padres y madres que se separan tienen que tener claro que se separan entre ellos, pero en ningún aso de sus hijos y la relación no debe de cambiar, sino precisamente volcarse más con ellos, pues tampoco es fácil en ocasiones ser hijo de padres separados.
Cómo preparar a los niños para una separación
Tanto en separaciones matrimoniales como en casos de separación con hijos sin estar casados hay que dejar a un lado los intereses de los padres en beneficio de lo que realmente importa que es que los niños no paguen los platos rotos de la separación de sus progenitores.
De hecho, debería de ser algo evidente, pero por desgracia son muchos los padres que no saben separar su disputas de las necesidades de los hijos y acaban tomando actitudes impropias de adultos responsables de niños, sino más bien todo lo contrario, lo que hay que tratar de prevenir. En ocasiones no es fácil mantener la calma, pero siempre merecerá la pena.
Puede conseguir su convenio regulador gratis con nuestro despacho de abogados para ver cómo se podría articular la separación de cara a la regulación paternofilial de los hijos. Pero lo que no debe de pensar es que con el proceso judicial es suficiente, pues no es así. Día a día los padres deberán de favorecer el entendimiento, pues en cualquier momento puede surgir un punto de controversia y tensión que podría acabar provocando un daño en la infancia y correcto desarrollo de nuestros hijos, a los que debemos de proteger por encima de todo lo demás, sin peros, sin prejuicios y sin excusas.